Todos nos disponíamos a trabajar, como suele ser en las clases de alfarería, cuando empezamos a ver cosas extrañas en el taller, como por ejemplo el grabador y un cambio de consigna: debíamos prepararnos cada uno dos pellas y trabajar como siempre pero con la música, que fue variando durante media hora aproximadamente. Empezamos escuchando Pink Floyd, seguimos con Linkin Park, Kusturica y demás pero la sorpresa no termino ahí, nos hizo rotar de torno, primero hacia la derecha, y después hacia la izquierda del que estábamos al principio. Así la profesora nos fue distribuyendo dependiendo de las dificultades particulares de cada uno.

Todo esto para probar como es laburar con la forma de otro, con las diferentes técnicas, y costumbres particulares. La idea principal fue quitarnos el miedo; ver qué pasa en las diferentes etapas de construcción.

Decidimos compartir esto para mostrar qué se hace en el IMCA, socializando las buenas experiencias entre nuestros compañeros dentro de la escuela, como con los que no forman parte de ella.

Ojalá lo disfruten y los motive a conocer un poquito más…